Bombillas LED
Las bombillas LED (diodos emisores de luz) se desarrollan con una tecnología en rápida y constante expansión que se caracteriza por transformar directamente la corriente eléctrica en luz, sin emitir calor.
Como fuentes de iluminación, ofrecen un rendimiento equiparable al de las bombillas fluorescentes compactas, una mayor duración, un menor consumo, así como un mantenimiento mínimo.
Son muy resistentes a los golpes (no poseen filamento) y tienen una elevada vida útil (hasta 50.000 h.).
Son respetuosas con el medio ambiente ya que no contienen mercurio, duran mucho más y consumen un 80% menos de energía que las bombillas incandescentes y un 50% menos que las bombillas de bajo consumo.
Gracias al constante estudio y desarrollo de la tecnología LED, las bombillas LED para iluminación de interior son una alternativa a las bombillas tradicionales y a las de bajo consumo.
Por la variedad de modelos existentes, su alto rendimiento y su bajo consumo son idóneas para reemplazar las lámparas tradicionales.
Hay lámparas LED que funcionan directamente conectadas a una corriente de 220V y otras que necesitan un transformador porque funcionan a 12V.
Podemos encontrar modelos LED con la forma tradicional de las incandescentes, E-14, E-27, halógenas PAR-20, PAR-16, GU10, QR-111, GU5.3, G10…
Una vez que sepamos qué modelo queremos instalar o sustituir, elegiremos según los siguientes criterios:
- Cantidad de luz o lúmenes. La cantidad de luz se expresa en lúmenes.
- Tono de luz o temperatura de color. Las bombillas incandescentes producen una luz ‘blanca cálida’. Sin embargo, las bombillas fluorescentes compactas y LED ofrecen diversas temperaturas de color, expresadas en kelvin (K) y que van desde una tonalidad más cálida hasta una más fría para adaptarse a las necesidades del espacio que se quiere iluminar. La luz ‘blanca cálida’ (2.700 K) crea ambientes acogedores y la ‘blanca fría’ (4.000 K) está más indicada para entornos de trabajo.
- Duración (horas de vida).