La iluminación LED en las viviendas
España es uno de los países en los que hay un mayor gasto de electricidad. Por lo tanto, es normal que, como consumidores, estemos preocupados por minimizar los costes de este servicio. En este sentido, optar por la iluminación con los sistemas Light Emitting Diode (LED) en la vivienda se ha convertido en una alternativa muy recurrente. A continuación, te contaremos las ventajas asociadas a este modelo de iluminación.
Ventajas de la iluminación LED
Una parte del éxito (relativamente reciente, aunque este tipo de iluminación existe desde los años setenta) de las luces LED depende del ahorro que vamos a analizar. Pero también hemos de tener en cuenta que se están convirtiendo en una tendencia mundial a la hora de decorar las casas.
De todas maneras, vale la pena que comencemos, antes de entrar en cuestiones de estilo, por recordar que la iluminación es una condición indispensable de cualquier vivienda. Por lo tanto, a la hora de elegirla y colocarla hemos de valorar, sobre todo, las dimensiones de la casa y la distribución en ella de los distintos elementos (muebles, ventanas, etc.).
En este sentido, la iluminación LED se ha revelado como totalmente apta para el interior de una vivienda. Además, puede regularse, de más tenue a más potente, por lo que se adaptará convenientemente a nuestras necesidades permanentes o eventuales. Básicamente, debemos valorar el tamaño (medido en metros cuadrados y centímetros de altura) del espacio que tenemos que iluminar y la potencia que necesitaremos para hacerlo en condiciones. Asimismo, no podemos olvidarnos de la naturaleza concreta de cada una de las áreas a iluminar. En función de ella, se requerirá, por ejemplo, una mayor o menor potencia. De hecho, está claro que no hace falta la misma iluminación para la encimera de la cocina que para una esquina de un dormitorio.
Una vez se ha decidido cómo se va a organizar la iluminación de la vivienda en cuestión, el siguiente paso consiste en intentar abaratar la factura de la luz. En este aspecto, la iluminación LED gana por goleada a los antiguos focos incandescentes y las bombillas de bajo consumo.
La inversión inicial puede ser mayor que la que realizamos cuando compramos las bombillas convencionales. Sin embargo, esta va a ser amortizada a medio plazo. En un periodo de, aproximadamente, cinco años. Por lo tanto, hemos de convenir que, en una vivienda que se utilizará durante un largo periodo de tiempo, nos conviene apostar por esta medida de eficiencia energética.
Además, el concepto de eficiencia energética implica que, además de producirse un ahorro, se va a respetar el medio ambiente. Es importante señalar que estas luces duran alrededor de diez años y gastan menos energía, lo que supone una aportación en materia de sostenibilidad.
En cuanto a la colocación concreta de las luces LED en nuestros hogares, podemos remarcar que hoy en día se han revelado como unos elementos que aúnan funcionalidad y estética. No en vano, nos encanta su versatilidad, ya que su naturaleza permite que sean adaptadas en más formatos que las bombillas tradicionales. Esto, a su vez, posibilita llegar a más sitios. A zonas como la base de un mueble o el marco de un cuadro, donde nunca podría haber llegado de una manera tan precisa la luz de una bombilla.
Las luces LED, por consiguiente, pueden ser solicitadas en formas tan diversas como los tubos, los plafones, las lámparas o las cintas. En especial, estas últimas favorecen que cualquier lugar pueda tener una iluminación que destaque, de modo relativamente independiente. Por ejemplo, las escaleras, unos cajones, los espejos, las estanterías…
En definitiva, se trata de beneficios de la iluminación LED que ya se están consolidado en los interiores de las viviendas.