Lámparas LED eficientes
La eficiencia de las lámparas LED se mide calculando la cantidad de luz que emite la lámpara en relación con la potencia que consume. Se trata de obtener el máximo ahorro, manteniendo el nivel de luz necesario.
Una de las ventajas de las lámparas LED es que transforman toda la potencia consumida en luz sin pérdidas por calor, ya que no emiten radiaciones infrarrojas. De ahí su menor consumo de energía.
A la hora de elegir bien el modelo de lámpara que deseamos, nos fijaremos en el consumo (W), la temperatura de color (K), los lúmenes (lm) o flujo luminoso, el IRC o índice de reproducción cromática y la vida útil:
- El consumo en W nos permitirá conocer cuánto ahorraremos.
- La temperatura de color indica el tono de luz que queremos conseguir (más blanco, neutro o más cálido).
- Los lúmenes nos permiten saber la cantidad de luz que emite la lámpara*.
- El IRC es el índice de reproducción cromática (IRC o Ra) que mide la capacidad de una fuente de luz para reproducir fielmente los colores.
- La vida útil se mide en horas (h) y es el tiempo durante el que mantendrá una intensidad constante con una pérdida mínima de rendimiento luminoso.
Así, para obtener una misma cantidad de luz cambiaremos una lámpara de 60W con un flujo luminoso de 645 lm., por una lámpara de 11 W y 645 lm. En general, las lámparas LED suelen tener un IRC entre 70 y 80.
*El flujo luminoso de una lámpara es la cantidad de luz emitida y se define como la emisión de luz por una fuente en forma de radiación luminosa a la que el ojo humano es sensible. Su símbolo es Φ y su unidad es el lumen (lm).
La eficacia luminosa es la relación entre el flujo luminoso producido y la potencia eléctrica consumida. Es la “cantidad de luz emitida/cantidad de luz consumida”. Su símbolo es η y su unidad es lumen/vatio (lm/W).